martes, 29 de abril de 2014

El viaje inverso

Por Rafael Pedraza Díaz


Dejar de ser "víctimas" para ser protagonistas de #ElReencuentro
Durante sus años como alcalde de la ciudad de Nueva York, el lenguaje de Rudolph Giuliani fue cambiando como consecuencia de sus crisis personales y, más tarde, de los ataques terroristas contra el World Trade Center el 11 de septiembre de 2001. Durante esos años su lenguaje pasó de ser retador y considerado el de un bully con la prensa y su adversarios políticos, al propio de alguien que podía expresarse con calor, compasión e incluso como un héroe. Todo esto lo sacamos de un estudio hecho en la Universidad de Texas.  Allí se asocia que el enfrentamiento de “Rudy” con el cáncer, divorcio y reconocimiento de sus relaciones escondidas lo tornaron más abierto y conciliador. El alcalde que tuvo que enfrentar el 11 de septiembre fue, en ese momento aciago,  un líder que puso el bien común por delante, y no las consignas políticas ni de odio. Sus gestos lingüísticos lo transformaron en un héroe. Al parecer Giuliani fue tomando consciencia de su humanidad por encima del poder.
Mucho más veleta y sin ponerse en momento alguno de su vida al frente de todos los venezolanos, el mismo Hugo Chávez moderó su lenguaje de odio, cada vez que las crisis personales lo azotaron. Son famosas sus confesiones al Monseñor Porras y sus delirantes oraciones a Dios cuando la agonía de su enfermedad lo apartó de su ansiado poder.  Sin embargo, sus gestos heroicos solo fueron consagrados a consolidar un enemigo interno, al que todos sus seguidores debían odiar, así fuera su propia madre. Chávez mostró humanidad y miedo ante su adversidad personal, pero nunca cuando sostenía una situación de poder y ventaja. Como Presidente nunca mostró compasión con la vulnerabilidad del desarmado, nunca dejó de ser un bully despiadado con quien escogía como enemigo. 
Sus herederos, como imitadores al fin, quieren ser más despiadados que su mentor. Como lo dijo Diosdado Cabello, Chávez era quien los mantenía a raya, porque ellos querían (y ahora son) ser más radicales.  Están mucho más lejos de mostrar compasión y apertura, mucho menos de ser líderes heroicos de todos los venezolanos en estos momentos de crisis profunda, sino que su épica sigue atada a la eliminación del enemigo. Ser los máximos en la práctica del bullying, ser los jefes violentos, los tiranos, totalmente separados de cualquier liderazgo virtuoso.
La oposición no está mejor preparada lingüísticamente, pues, si bien dicen querer liderar a todos los venezolanos, a menudo también tienen que hacer caso su público de galería, so pena de perder su liderazgo del 12% radical que ellos sienten es su base electoral. La que se moverá por ellos. Sienten que su salida está en las elecciones y no la construcción de #ElReencuentro de una Nación divida y que se está volviendo insensible y despiadada. Mientras el poder sea el móvil, no emprenderemos el viaje inverso a un lenguaje de unión, abierto y conciliador que requiere ser liderado por alguien. #ElRencuentro simbólico de los venezolanos es lo más importante para reversar el daño hecho por el uso cotidiano de la vieja máxima de que sostenerse en el poder justifica cualquier tipo de medios y lenguaje violentos.
#ElReencuentro venezolano no implica en modo alguno la desmovilización de la protesta ni la abdicación de nuestras posiciones, pero sí requiere el entendimiento que nuestro padecimiento es compartido por todos y todos debemos enfrentarlo, pero consolidando nuestra unión como Nación.
Muchos nos dicen que esto para después de que “caiga el enemigo”, pero esto no será posible si asociamos al “enemigo” con el que no piensa como nosotros y que es nuestro hermano de nacimiento. Ni siquiera se debe pretender que “entiendan” o convencerlos de la desnaturalización y traición a la patria de nadie, sino de que nuestro enemigo es no hacernos responsables de lo que pasa. El viaje inverso es también dejar de ser víctimas de los revolucionarios para empezar a ser protagonistas de #ElReencuentro venezolano. 

lunes, 28 de abril de 2014

La República Civil como punto para #ElReencuentro


El 19 de abril de 1810 fue, sobre todo, una gesta civil (Cuadro de Juan Lovera)
#ElReencuentro pasa por definir una agenda común a todos los venezolanos, más allá de las diferencias políticas. ¿En qué nos podemos ponernos de acuerdo? La respuesta no es fácil, pero vale la pena intentar esbozar unas líneas para la discusión y el intercambio.


En premier lugar, debemos reivindicar el espacio natural de encuentro de todos los ciudadanos que es la República, en la que somos ciudadanos libres, iguales y fraternos. El espacio de la República, el que nos incluye a todos, es fundamentalmente un espacio civil, y esto quiere decir varias cosas, tanto en lo negativo como en lo afirmativo:



Esto implica criticar y desmantelar un discurso que reivindica la personalización del poder, el autoritarismo y la violencia. Implica también construir un discurso alterno alrededor de los valores republicanos de Igualdad, Libertad y Fraternidad.


Ahora bien, esto lo debemos hacer en el marco de nuestras limitaciones y realidades como sociedad.Una gran mayoría acepta, al menos de forma general y principista, los supuestos de la modernidad:  democracia, progreso y un cierto ideal de autonomía y libertad de la persona.



Sin embargo, nuestras carencias nos indican que en la vida de todos los días estamos lejos de ser todo lo demócratas, progresistas y libres que aspiramos ser.Nuestra capacidad como colectivo para construir un discurso alternativo al que propone una mitificación reaccionaria del pasado, definirá nuestro destino como sociedad libre y soberana que busca la convivencia en paz.



En #ElReencuentro queremos hacer una contribución para construir ese discurso alterno. 



El Reencuentro Venezolano

miércoles, 23 de abril de 2014

Giuliani: una visión para reconstruir la convivencia

 
El profesor Giuliani: "Yo me resisto de verdad a aceptar que en la familia nosotros no podamos tener un acercamiento"

Esta entrevista con el profesor de la UCV y psicólogo Fernando Giuliani, publicada originalmente por el periódico oficialista Correo del Orinoco y replicada por el blog del Centro Gumilla (Sic Semanal), tiene algunos elementos interesante y rescatables desde la perspectiva de #ElReencuentro. Algunas de sus afirmaciones son problemáticas y cuestionables. Por ejemplo, Giuliani afirma lo siguiente: "...¿Pero cómo puedes hablar de una dictadura cuando aquí hay partidos políticos, aquí hay una Asamblea Nacional funcionando, aquí hay poderes públicos que están funcionando, aquí hay libertad para que cada quien se organice y diga y se exprese?". Evidentemente el profesor ignora que la Asamblea Nacional no funciona como un parlamento democrático y que allí se han violado muchos principios democráticos y de debido proceso. Además, el psicólogo olvida que en Venezuela la capacidad de organización social y política así como la libertad de expresión están limitadas por medio de varios mecanismos y prácticas formales e informales que se ejercen desde el poder del Estado, que es un poder total. 

Sin embargo, en la entrevista, realizada por la periodista Vanessa Davies, hay varios señalamientos interesantes y muy pertinentes para reconstruir la convivencia entre los venezolanos. El profesor Giuliani responde lo siguiente a la pregunta de la periodista:

"-En esa convivencia cotidiana, ¿quién debe dar el primer paso?

-Yo creo que los primeros pasos los deben dar la gente que tiene la máxima confianza; es decir, los tenemos que dar en la familia. Yo me resisto de verdad a aceptar que en la familia nosotros no podamos tener un acercamiento; no tiene que ser nada formal, no tiene que ser nada solemne. Basta, simplemente un encuentro, un café. Tal vez estoy siendo muy ingenuo, pero tiene que ser así. Con el vecino, recuperar aunque sea el saludo, caramba. Ahora, en los sitios de trabajo yo sí, de verdad creo que deben hacer un pacto. No es que nos traguemos las cosas, no es que nos reprimamos; es hacer un pacto que nos dé una tregua para ver si podemos retomar nuevamente la discusión política."

Pueden leer la entrevista completa aquí.

lunes, 21 de abril de 2014

#ElReencuentro de las familias


Los "padres huérfanos" son también víctimas de la crisis
La separación de las familias es uno de los aspectos más duros de la situación que se vive en Venezuela. Una entrada (en inglés) en el blog Caracas Chronicles firmada por Daniela Alexandra Porat da cuenta de lo que sufren los que ahora se conocen los "padres huérfanos". #ElReencuentro entre venezolanos también será el reencuentro de las familias (gracias Juan Nagel por publicar el texto).

viernes, 18 de abril de 2014

Vaclav Havel sobre la esperanza


Havel: campeón del corazón, constructor de la esperanza
Esta reflexión sobre la esperanza de Vaclav Havel, quien fue el primer Presidente de Checoslovaquia después de la caída del comunismo, fue publicada en 1986 en el marco de una entrevista que le hizo Karel Hvizd'ala, un escritor checo que vivía en ese entonces en la Alemania Occidental. Dijo Havel:

"Debería primero decir en qué tipo de esperanza pienso frecuentemente (especialmente en situaciones que lucen sin esperanza como la prisión). La entiendo principalmente como estado de la mente, no un estado del mundo. O abrigamos esperanza en nuestro interior o no; es una dimensión del alma, y no depende de alguna observación particular sobre el mundo o alguna evaluación de la situación. La esperanza no es un pronóstico. Es una orientación del espíritu, una orientación del corazón; trasciende el mundo inmediato que experimentamos, y está anclada en algún lugar más allá del horizonte.

La esperanza, en su sentido profundo y poderoso, no es lo mismo que la alegría porque las cosas van bien, ni la voluntad de invertir en empresas que obviamente lograrán el éxito temprano, pero, más bien, se trata de la capacidad de trabajar por algo que consideramos bueno, no solamente porque podríamos tener éxito. Mientras menos propicia sea la situación por la que sentimos esperanza, más profunda es la esperanza. La esperanza no es lo mismo que el optimismo. No se trata de la convicción que las cosas van a salir bien, sino la certidumbre que algo tiene sentido, sin que ello dependa del resultado final..."

martes, 15 de abril de 2014

La Pacificación fue también #ElReencuentro


Rescatar la memoria histórica para ir contra el revisionismo
 El llamado Proceso de Pacificación que se inció en el primer gobierno de Rafael Caldera (1969-1974) durante el período de la democracia civil, permitió que la izquierda alzada en armas se integrara a la vida política y ganara espacios parlamentarios, y más adelante, espacios en gobiernos locales y regionales, por la vía del voto. Jean Carlos Pérez Pérez recogió en un blog algunos documentos hemerográficos sobre este proceso. #ElReencuentro entre los venezolanos requiere que conozcamos nuestra historia, especialmente la historia más reciente que últimamente ha sufrido los embates del revisionismo que pretende degradar los logros de la democracia civil. Los invitamos a leer los documentos publicados en este blog:

Proceso de Pacificación durante el primer mandato del Presidente Rafael Caldera (1969-1974)

domingo, 13 de abril de 2014

El muro simbólico

Por Néstor Luis Garrido


Una nueva imaginación enfocada en los intereses de la gente

Una de las tareas más difíciles que nos toca a los venezolanos para la preservación de la paz y de la construcción de una democracia no solo formal sino efectiva, estriba en el desmontaje del muro simbólico que se ha instaurado en el país a partir de un discurso político basado en lo que Maeder (en su tratado Lingua Tertii Imperii o Lengua del Tercer Reich, 1962) llamó «obsesión estimativa y apasionada», con el que se ha roto el pacto de respeto por el adversario que representa la democracia, para convertirla en una lucha de unos contra otros, y no un cogobierno de unos y de otros, de una mayoría que considera socias a todas las minorías.                                                                                                                            
El lenguaje público construido sobre la base de nociones donde el otro queda reducido, disminuido, descalificado o deshumanizado se aplicó en durante el nazismo a los adversarios políticos y a los «enemigos de la Raza» con términos como untermenschen o subhumanos. En el patio venezolano, términos como escuálidos, chaburros, lacayos, disociados, chabestias, pitiyankees, rojitos y otros motes, por acción o reacción se instalaron en el lenguaje público con lo que solo favorece a quien lo promueve: por ende, la polarización ha sido utilizada políticamente para la confrontación, no en la paz, el militarismo y totalitarismo tienen su capital político, sobre todo en un ambiente electoral (Venezuela es el país con mayor número de eventos electorales en los últimos 15 años). ¿Por qué? Porque detrás del término, se incita al miedo al otro, sobre todo cuando se le añade el elemento de la desconfianza, a partir teorías conspirativas y la creación de un «estado de sospecha general», según lo dicho en algún momento por un activista político gubernamental. El miedo al otro genera la necesidad de mantener el status quo, a pesar de no estar totalmente de acuerdo con este.         

La obsesión estimativa y apasionada, es decir, la compulsión por etiquetar al otro a partir de absolutos (blancos o negros, buenos o malos) sin tomar en cuenta los matices, el entender que en realidad la excepción es la regla, y no al revés, nos ha puesto a los venezolanos a juzgarnos a partir de prejuicios y no sobre la base de lo que realmente somos: gente con intereses similares, con más cosas en común que elementos que la separa. En ese sentido, es un deber ciudadano desmontar ese lenguaje de odio que ha separado familias, que ha enemistado compadres, que ha puesto muros de Berlín en los pasillos de nuestros edificios, lo que nos ha puesto en una guerra de baja intensidad en el que se «elimina» simbólicamente (mediante el ostracismo, la inquina, el desconocimiento, el chiste, el chisme, la delación, entre otros elementos monstruosos) al que no piensa o no concuerda ciento por ciento con la posición que nosotros tenemos, lo que no representa el espíritu venezolano, sino que ha sido un elemento nuevo que nos pone a jugar en favor de intereses ajenos a los de la gente.

sábado, 12 de abril de 2014

Los muros caéran por efecto de #ElReencuentro


Hay muros que caerán tarde o temprano, pero no caerán por el choque frontal entre fuerzas desiguales.




Será el movimiento envolvente de todos, desde todos los puntos cardinales, el que derrumbará los muros.






La imagen que mejor ilustra la dimensión de este gesto dramático es una gran marcha que confluye hacia un PUNTO CENTRAL desde el ESTE, OESTE, NORTE y SUR de la ciudad.

Esta es la visión  de #ElReencuentro.

viernes, 11 de abril de 2014

Siete consensos para la reconciliación y la paz

Estos siete consensos son el fruto del trabajo de varios años que ha llevado adelante la organización hermana La Venezuela Que Queremos Todos:



 

Los Siete Consensos de La Venezuela que queremos todos 
 

Las siete ideas que siguen sintetizan los consensos de objetivos y estrategias en los cuales se fundamenta la propuesta de La Venezuela que queremos todos.

Los dos últimos consensos, referidos a la Educación y la superación del Rentismo, corresponden a estrategias que cruzan a los cinco primeros consensos, es decir, son estrategias fundamentales para poder lograr las aspiraciones implícitas en todos los demás.

· Convivencia, seguridad y paz

o Reconciliarnos y comprometer los esfuerzos de los ciudadanos, las comunidades y el Estado, en construir una Venezuela no violenta, segura y que viva en paz…

· Un Pacto para erradicar la pobreza y asegurar progreso para todos

o Promover y activar un Pacto que nos comprometa a todos en acciones efectivas para erradicar la pobreza y la exclusión, y para asegurar oportunidades de progreso para todos los venezolanos…

· Construir una economía de alta productividad

o Invertir, diversificar e innovar de forma sostenida, para construir una economía productiva que se conecte favorablemente con el mundo, y que cree muchas oportunidades de emprendimiento y de empleo digno para el desarrollo con equidad…

· Una institucionalidad para la democracia y la autonomía del ciudadano

o Colocar el Estado al servicio del ciudadano y no al revés; extinguir el clientelismo y recuperar la ética en la gestión pública; y profundizar la democracia participativa y el protagonismo regional y local…

· Un desarrollo en armonía con el ambiente

o Mejorar la calidad del ambiente natural y del hábitat construido en que vivimos todos los venezolanos, y hacerla sostenible para el beneficio de las generaciones presentes y futuras …

· Una educación relevante y de calidad, accesible a todos

o Elevar la calidad de la educación y hacerla efectivamente accesible a todos a lo largo de sus situaciones de vida; reorientarla para que contribuya a la construcción de valores y capacidades para el emprendimiento, la creatividad y la realización del individuo, para la convivencia en paz, la democracia y el ejercicio de la ciudadanía, y para la preservación del ambiente y la naturaleza.

· Superar el Rentismo, que se opone al desarrollo y la libertad

o Superar las trampas económicas, políticas y culturales del rentismo, que obstaculizan nuestro desarrollo, implementando estrategias culturales-educativas y una profunda reforma institucional que favorezcan la economía productiva, destierren la manipulación clientelar y fomenten una cultura que valore los logros basados en el esfuerzo y la responsabilidad.

jueves, 10 de abril de 2014

Todos alrededor de una empanadera en Pampatar

Por Rafael Pedraza Díaz

Aquí somos 99.9% venezolanos
Leyendo la prensa por el 2002, encontré la información recién comprobada de que los seres humanos somos 99.9% idénticos, genéticamente hablando. Todas nuestras diferencias vienen de un 0.1%. Eso era un duro golpe con data dura para los racistas, y para todo al que le guste la discriminación en general.
Lo cual es paradójico, porque no es fácil verse como iguales.  Sin embargo, esa investigación demuestra que la igualdad está en la esencia, y lo que para la naturaleza es un “redondeo”, en nuestra percepción son esas “puyas” las que  nos hacen ver como muy diferentes. Pero, ¿cuánto lo somos realmente?
Siempre recuerdo  que un día, en mi pre-adolescencia en Nueva York, leía una revista de historietas de humor negro llamada MAD en la que había una viñeta donde aparecían dos turistas asiáticos que miraban pasar una limosina en La Gran Manzana y uno le decía al otro, “es ese el vicepresidente o el alcalde”, y el otro replicó, “no lo sé, todos estos occidentales se ven iguales”. Lo que nos resulta ajeno, siempre nos parece poco diferenciable.
Lo cierto es que tendemos a generalizar, tendemos a igualar, pero al mismo tiempo nos gusta sentir que somos totalmente diferentes, que somos el centro del mundo y los faros desde donde se imparte la luz al mundo. Toda exageración es en esencia una distorsión.
Entonces de alguna manera toda interacción con los congéneres depende de si decidimos enfocarnos en ese 99.9% de esencia idéntica o en el 0.1% que nos diferencia. Culturalmente, económicamente y socialmente, por supuesto que las diferencias pueden ser enormes, pero igualmente es nuestra decisión si queremos volver a la esencia que nos une de manera irrefutable hoy y siempre.  Todos podemos enfocarnos en  ser humanos.
Somos venezolanos, no sólo chavistas o de oposición.  Hay gente mala y perversa, pero la mayoría de las personas que conocemos le podemos decir, hermano, chamo, corazón, mi amor, compinche, compadre, maestro, paisano.  Es como cuando nos reunimos alrededor de una empanadera en Pampatar a degustar sus multisápidas frituras de dominó, de cazón, de pabellón, de carne molida y las infaltables de queso blanco rallado; allí somos 99.9% venezolanos, que nos gusta lo salado con el toque dulce y especies, pues somos eso, la misma vaina, bien o mal aderezada.
A mí me gustaría ver una conversación cuyo resultado deseado sea la convergencia entre Nícmer Evans y Pedro García Otero, y ver si pueden rescatar su esencia por encima de diferencias aprendidas. Me gustaría ser testigo de un verdadero Reencuentro Venezolano.

miércoles, 9 de abril de 2014

El Llamado de #ElReencuentro a los venezolanos en la web del Centro Gumilla

Compartimos nuestro llamado a todos los venezolanos intitulado

Los invitamos a comentar nuestro llamado, a cuestionarlo y a difundirlo.

El Reencuentro Venezolano

Algunas precisiones necesarias sobre #ElReencuentro




Creemos importante que nuestros lectores entiendan el alcance y objetivos de #ElReencuentro. A continuación algunas precisiones importantes:

#ElReencuentro es una estrategia para el cambio en Venezuela. Ese cambio lo tenemos que construir todos los venezolanos.

No hay que pensar que #ElReencuentro se dará entre cúpulas. Se tiene que dar entre la gente, los conciudadanos. De allí vendrá el cambio.

No confundir #ElReencuentro con "negociación". En #ElReencuentro nos vemos, hablamos, compartimos. No negociamos nada.

No confundir #ElReencuentro con el "diálogo". #ElReencuentro se tiene que dar por la base, entre la gente. Su valor es la Fraternidad.

El Reencuentro Venezolano

lunes, 7 de abril de 2014

El manejo de la dimensión desconocida

Por Rafael Pedraza Díaz

La solución vendrá del manejo de los venezolanos de lo desconocido
En los años 60, mi querido tío Luis Alberto tenía una serie televisiva de culto: La Dimensión Desconocida.  Cada semana se transmitía un capítulo donde algún terror desconocido alimentaba la psicosis del televidente.  Encontré en Wikipedia  el guión de la voz en off del intro , el cual acompañaba unas imágenes burdas de ruido y una distorsión del vertical de la imagen.

"Nada le está sucediendo a su televisor. No intente ajustar la imagen. Ahora nosotros controlamos la transmisión. Controlamos el horizontal y el vertical. Podemos invadirle con mil canales, o hacer que una imagen llegue con la claridad del cristal, y aún más. Podemos hacer que usted vea cualquier cosa que nuestra imaginación conciba. Durante la próxima hora controlaremos todo lo que vea y escuche. Está a punto de experimentar el vértigo del misterio que se expande desde lo más profundo de su mente hasta más allá de la imaginación."

En aquella época, quizás, la hegemonía comunicacional era algo más sencilla, aunque la ingenuidad de algunos ante la TV sigue siendo la misma. Pero ese no es el tema de hoy. Si no el obligado manejo de lo desconocido que enfrenta el venezolano de a pie o motorizado de hoy. No sabe si debe salir, pues no sabe si habrá paso, si habrá clase, si habrá materia prima para trabajar, si habrá gasolina en la estación de servicio cercana,  si habrá transporte público, si habrá marcha obligatoria o de conciencia, entre muchas otras variables de la incertidumbre cotidiana.

El primer peldaño de la pirámide Maslow ahora es de todos. La verdad es que pocos saben que van a comer hoy o en los días siguientes, pues a pesar de contar con dinero inorgánico en los bolsillos, no saben cuántos artículos van a encontrar o cuál será su precio; cuál tendrá que dejar, pues la plata no le alcanzará; en cuáles recintos necesitará una tarjeta de abastecimiento; en cuáles una persona en uniforme le dirá qué puede llevar; no sabe si tendrá que forcejear  por el papel o la leche o cuantos sitios habrá de visitar antes de completar lo necesario.

La inseguridad también pertenece a la dimensión desconocida, pues no se sabe si se  va a volver a casa luego del ejercicio en bicicleta, de las vacaciones en familia o del trabajo diario. Sin embargo,  hay que reconocer que esta dimensión es más conocida por la gente que habita los barrios venezolanos, pues la violencia los asecha desde que salen la puerta de sus casas y los elimina por cientos al mes, ante la indiferencia gubernamental, que , por cierto,  recientemente ha probado fehacientemente que sí tiene una maquinaria represiva extensa y equipada, pero es igualmente conspicuo que prefiere ejercer la violencia institucional en contra de los que protestan por la inseguridad que en contra de quienes la provocan.

Habiendo dicho todo lo anterior, quizás sí existe una certidumbre que está creciendo rápidamente, y  es que la mayoría se está dando cuenta de que el gobierno  es el responsable de la situación. Ojo, no hablamos de culpabilidad (aunque no lo estamos exonerando tampoco), sino que es rampante su incapacidad de responder democráticamente ante los problemas existentes y sus responsabilidades de Estado. 
Pero volviendo a  la dimensión desconocida venezolana, quizás lo más preocupante  es no saber de dónde podría venir una solución a todas estas incertidumbres, pues las conocidas parecen no tener las cualidades ni el impacto deseado.  La solución no se puede esperar del  gobierno, pues no se sabe quien gobierna realmente, y quien lo esté haciendo ha demostrado que no tiene capacidad de lidiar con todo el país. Difícilmente venga de la oposición, pues no se sabe quiénes son sus verdaderos líderes  o si existe alguno que hoy en día represente los sentimientos de la mayoría (que incluye a muchos chavistas). Tampoco vendrá de las instituciones, ya que son consideradas sumisas al poder ejecutivo. Dudosamente pueda venir del área militar, pues no se sabe si hay FAB institucionalistas o si todas son partidistas. Por  otra parte,  las elecciones no dirimen la legitimidad del gobierno. Los gobiernos opositores son derrocados en procesos sumarios.  La vocería de gran parte del  pueblo está secuestrada por el gobierno. No hay medios libres que hagan un necesario contrapeso. En fin, definitivamente, solo sabemos que sabemos muy poco.

La solución, pues, vendrá del manejo de los venezolanos de lo desconocido, de la innovación, del cambio de paradigma en el liderazgo, pues la polarización, las elecciones, las protestas, la violencia, nos están llevando a un punto de estancamiento peligroso o a uno de climax, pues parece una falla teutónica acumulando energía para explotar en algún momento y de alguna manera. El manejo de lo desconocido implica cambiar el pensamiento y conseguir nuevas conexiones entre todos los venezolanos, pues consideramos que es en el fenómeno y proceso de la inteligencia colectiva donde encontraremos nuevos supuestos y novedosas perspectivas, porque las que tenemos ahora no nos llevan a un re-encuentro como Nación.  Si el gobierno y el resto de la población seguimos haciendo lo mismo, el resultado seguirá el mismo que hasta ahora: permanecer en la dimensión desconocida.

domingo, 6 de abril de 2014

#ElReencuentro y la partida de dominó

El juego se puede trancar pero nadie se levanta de la mesa
La foto que ilustra esta nota es una imagen con la que se pueden identificar muchísimos venezolanos. Casi todos y todas hemos jugado una partida de dominó alguna vez. Por allí podría comenzar #ElReencuentro entre los venezolanos. Es decir, podría comenzar con un evento concreto, sencillo, sin grandes discursos ni grandes parafernalias. Como en un juego donde todos aceptamos las reglas, nos sentamos alrededor de una mesa y nos vemos las caras. En el dominó hay picardía, y la aceptamos sin problemas, pues es parte del juego y de nuestra forma de ser. Echamos broma, nos tomamos una cervecita, en un ambiente cordial. Eso no quiere decir que no tengamos diferencias, nuestras preferencias política o deportivas. Pero para poder jugar una partida de dominó ponemos esas diferencias a un lado y nos enfocamos en el juego. A veces lo trancamos, pero eso tampoco significa el "fin del mundo". Se cuentan las piedras. Los ganadores y los perdedores no se paran de la mesa, ni la voltean, pues el objetivo es seguir allí, terminar la partida, contar unos chistes, reírse, recordar viejos tiempos, imaginar nuevos tiempos. Es así de sencillo #ElReencuentro.

Sin embargo, no somos ingenuos ni "come flores". Lo que proponemos aquí, y que explicaremos con más detalles en los próximos días, es una estrategia para el cambio. Suena ambicioso, no será fácil, tomará tiempo. Es una vía para salir del impasse en el que estamos metidos ahora. Hay que desbloquear la situación, romper la inercia de la violencia de los represores que se aferran al poder. Estamos con el cambio, de eso no tenemos ninguna duda. Creemos que #ElReencuentro abrirá las vías para ese cambio.

Nos pueden seguir en Twitter en @elreencuentrove para saber qué queremos y qué hacemos.